Te echo tanto de menos... tus sonrisas, tu pelo, tus caricias, a ti. Me da miedo que no quieras saber de mí, que tengas miedo de mí, que no confíes en mí. Y yo, que no me imagino con otra persona. Que no creo que sea posible conocer a alguien mejor que tú ni que me entienda mejor, que me adore tanto, en quien poder recostarme como hago contigo... ¿A quién voy a desearle feliz año nuevo si no es a ti? No lo deseo ni para mí siquiera...
Miedo, miedo, miedo. Es él el que no me deja reaccionar, el que me impide moverme, echar a correr. Pero el miedo no te deja vivir. Te invade y te come por dentro... y yo acabo de decidir que no le quiero conmigo. Que no me merece la pena. En esta vida, el que no arriesga no gana. Y yo he decidido apostar por ti. Hablando contigo, querido diario, me doy cuenta de que en esta vida hay que ser valiente y echar a correr si no queremos perder nuestro bus. Gracias por escucharme siempre, tengo algo importante que hacer y que no puede esperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario