¡Sonría por favor! ¡Click!

Pánico. Nudo en el estómago. Que te rodeen, te miren, te animen. Que esperen de ti, que actúes, que sonrías, que poses, que seduzcas, que seas la mejor, que te comas la cámara. No, no, no, no, no, no, no... NO. ¿Por qué? Bloqueo. Demasiada gente. Prefiero no intentarlo antes que salir corriendo al tercer intento... Que te insistan, que te animen, que intenten convencerte. ¿Cómo explicarles que no soy capaz? ¿Que no puedo con todas ellas delante? ¿Que me comen unos nervios que no puedo controlar? Una pena sí, hubieran sido unas fotos preciosas pero es algo superior a mis fuerzas.

Hacía años que no me ponía así, ni siquiera lo recordaba pero cuando ocurre es imposible. Y sí, cuando vamos de fiesta hago fotos, el payaso, me río, salgo horrorosa y no es ningún trauma. ¿Entonces? Entonces no es la cámara sino quien quiere captarte a través de ella, la estilista, el público, la asistente... Sois demasiadas. Y a todas os sale bien cuando lo intentáis.

No, no, no, no, no, no... ¿Seré estúpida? ¡Es sólo cuestión de echarse a reír, de imaginar, de volar, de olvidar, de soñar, de mirar a los ojos, de olvidar esa pose, de disfrutar...! Demasiadas cosas al mismo tiempo. Y no es una persona la que me mira, son cinco, una de las cuales lo hace a través de un aparato que captará ese momento. Presión, demasiada presión.

¿Cuántas veces me he bloqueado ante algo y no he sido capaz de seguir con los ojos llenos de lágrimas? No gracias, no queremos más. Ya somos mayores para dar este espectáculo... Y para eso, mejor evitarlo. Total, ¿qué más da si son unas fotos? Guays, de lucir, de presumir pero unas fotos al fin y al cabo. Otro día será. Gracias a todos por su comprensión y colaboración, en especial a I, la única que creo que llegó a entenderme aunque fuera allí a lo lejos.