domingo, 7 de febrero de 2010


Callejuelas escondidas de esas que encuentras dos o tres en los pueblitos. Una ciudad construida así. Con paredes desconchadas, ventanas sin luz, pinturas descoloridas. Minipuentes aquí y allá que cruzan canales. "Buon giorno, escussi...". Señores vestidos a las rayas marineras, sombreros tipo paja que llevan majestuosas góndolas. Vaporettos. Casas de más de seiscientos años que hoy se llaman Bed&Breakfast. Cascabelitos colgando de tricornios con antifaz incorporado bajo el que esconde la reina mora de las tres marías. Indicaciones hacia el Ponte Rialto o San Marco hasta en pintadas en los baños de los bares. Letreros de calles que robarías para tu cuarto.
"Per favore per andare... grazie". Máscaras plumonas del rey Cajuna, avutardas o como más guste bajo la que se esconde la del moño Winehouse. Gastos desorbitados que todas repetiríamos. Capuccinos para desayunar, merendar... Pizza al taglio. San Marcos a las 2 de la mañana por la que sólo se pasea un anticipado enmascarado. Murano, Burano, Torcello... o Lido. Colgantes para compartir, postales para todos, tapones de botella para los hombres de la familia, Pandoras mamá e hija, máscaras para abuelos, novios que juegan al póquer, tíos, miniaturas para adorados hermanos... Disfraces de época. Góndolas que mecen las aguas y chapotean.
"Sarah Pelaes, Iria Dias, Marta Dias... Sarah Pelaes..." Señoritas y plumón haciendo cola "mientras pasan los de Priority Boarding" y que casi se van a Hahn. Extravíos de DNI, corazón a 300 mientras la tarjeta de embarque debe salir como por arte de magia de un abrigo que en realidad es bolso camuflado, comunicaciones de azafato a avión "tres señoritas aquí, espérenlas, una no encuentra la tarjeta pero ya van para allá". Y el piloto, dicen, muerto de risa... A Franckfurt, así, a la vuelta de la esquina. Katiuskear un rato jugando a colarse en un canal y salir con los pies helados. Suspirar como las mujeres de entonces en el puente que lleva su nombre por nuestros amantes, maridos, novios o parejas en un "para siempre".

Continuar escribiendo más y más y más si no fuera porque hay cosas que ni tienen nombre ni pueden explicarse.

El encanto de una ciudad abandonada que sólo vive con la luz pero cada día muere un poco más.

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