No saber cómo afrontar una noche como la de hoy, ya ves tú qué estupidez, sin ti. O mejor dicho, egoístamente quizás, darme cuenta de lo importante que has sido cuando a veces no había nada ni nadie más y siempre estabas tú ahí para intentar comprenderme, intentar suplir ese vacío.
Ahora no hay nada. Nada. Nada. Nada.
Nadie.
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